Se visita el Meiji-jingū, el santuario sintoísta más característico de Tokio. Se baja por la elegante Omote-sandō, y se entra en el Museo de Ukiyo-e de Ōta.
Tras almorzar en Maisen se va hasta la intersección más fotografiada (y caótica) de la ciudad, el cruce de Shibuya. Se sigue por Shibuya Center-gai hasta llegar a Tokyu Hands, uno de los grandes cotos de compras de la capital.
Se toma el tren a Shinjuku y se cena temprano en Omoide-yokochō. Los miradores del edificio del Gobierno Metropolitano de Tokio abren hasta las 23.00, y son gratuitos. Por último, se disfruta de unas copas en Golden Gai.