Shibuya

Shibuya recibe al viajero con una presencia explosiva: su flujo continuo de gente, las relucientes pantallas de vídeo y un zumbido tangible. Es el corazón de la cultura juvenil, donde la moda es estridente, el arte urbano intenso y los clubes nocturnos cierran al amanecer. Es una visita obligada para todo viajero interesado en la cultura pop de la capital.
Lo mejor en un día
Shibuya no madruga mucho; al fin y al cabo, sale de fiesta hasta que los primeros trenes arrancan por la mañana. De modo que hay que ir para almorzar. El diáfano y amplio complejo Shibuya Hikarie, conectado con la estación Shibuya, tiene un interesante museo del diseño, el d47 Museum, un excelente restaurante, el d47 Shokudō y vistas del barrio. Y en la estación, el mural ‘Myth of Tomorrow’.
Luego ya se puede entrar en liza. El icónico cruce de Shibuya está frente a la plaza de la estación (se debe volver de noche para verlo iluminado). Hay que rendir honores al fiel perro ‘Hachikō’ y después seguir el tráfico peatonal por Shibuya Center-gai, la calle principal del barrio, llena de gangas. Y cuidado o se perderá medio día en Tokyu Hands.
Para cenar, nada como un festín con el mejor sukiyaki en Matsukiya o marisco fresco en Kaikaya. Luego toca observar el panorama de cerveza artesanal tokiota en Good Beer Faucets, abrirse paso en Tight o socializar en Rhythm Cafe. Y si aún se tiene energía, ir a un club como Womb o Contact.