La primera parada al norte de Lima es Caral, cuna de la civilización más antigua de Sudamérica, de unos 5000 años. Se visitan los antiguos grabados de sacrificios humanos en Sechín y se sigue hasta Trujillo, sin perderse las pirámides mochicas de las huacas del Sol y de la Luna y las ruinas de Chan Chan.
En las playas de Huanchaco los surfistas buscan las olas y los pescadores rastrean la costa. Hacia el norte, el destino surfista de Puerto Chicama ofrece una de las mayores olas de izquierda del mundo. Luego se llega a Chiclayo, cuyos museos exhiben los tesoros del yacimiento arqueológico de Sipán.
El eje de la artesanía, Piura, ofrece buenas opciones gastronómicas. Huancabamba es famosa por sus curanderos. Las mejores playas están en la costa del Pacifico. Se puede degustar marisco y bailar en los complejos turísticos de Colán, Máncora y Punta Sal.
Se finaliza en Tumbes, puerta de acceso a Ecuador, donde empiezan los manglares en peligro de extinción de Perú, ricos en fauna (¡cuidado con los cocodrilos!).