Se recorren algunos de los puntos más destacados. Desde Lima se viaja hacia el sur hasta Pisco y Paracas, donde se puede pernoctar para hacer una excursión en bote hasta las islas Ballestas, con abundante fauna salvaje. Se continúa hacia Ica, capital del vino y el pisco, y después hacia el oasis de Huacachina, famoso por el sandboard, además de un buen lugar para pasar la noche. La escala siguiente es Nazca, donde se verán desde el aire las misteriosas líneas.
Se regresa al interior, para visitar la “Ciudad Blanca” de Arequipa, con su arquitectura colonial y su vida nocturna. Es el momento de recorrer el cañón del Colca o el cañón del Cotahuasi –quizá el más profundo del mundo– o ascender el Misti, un volcán de 5822 m de altura. Se sigue hasta Puno, el puerto peruano en el lago Titicaca, uno de los lagos navegables a mayor altura del mundo, desde donde se va en barco a las islas para explorar la extrañas chullpas (torres funerarias) en Sillustani y Cutimbo.
Desde los Andes se llega a Cuzco, la ciudad habitada más antigua de Sudamérica. Se visitan sus mercados, los yacimientos arqueológicos del Valle Sagrado y se va a Machu Picchu.