La ruta parte de Lima hacia Trujillo, donde se prueba la picante cocina costera y se exploran las ruinas de Chan Chan y de las huacas del Sol y de la Luna. Desde Trujillo se toma la carretera hasta Cajamarca, pasando por las magnificas ruinas de Marcahuamachuco.
Cajamarca es una encantadora ciudad del Altiplano, donde los conquistadores capturaron al inca Atahualpa. En la estación seca se puede recorrer la ruta a Celendín y Leimebamba para ver el colibrí de cola de espátula. Se continúa hasta Chachapoyas, cuyo bosque nuboso oculta la fortaleza monolítica de Kuélap.
De Chachapoyas se va a Tarapoto vía Pedro Ruiz para ver las cascadas. Después se vuela a la ciudad de Iquitos, en la jungla, o se continúa vía Yurimaguas, donde hay cargueros que hacen el accidentado viaje de dos días a Iquitos pasando por el pueblo de Lagunas, punto de entrada a la Reserva Nacional Pacaya-Samiria, para contemplar la mayor cuenca fluvial del mundo. En Iquitos se organizan viajes en barco para adentrarse en la selva y llegar hasta Brasil o Colombia.